jueves, 30 de junio de 2011

Republica Dominicana (II). Verano 2004

Al día siguiente nos levantamos prontito hora dominicana (7:30 de la mañana), pero no hora española, era casi mediodia, estábamos muertos de hambre así que atacamos el desayuno con ganas.

Una vez que desayunamos y nos terminamos de arreglar, el hotel dió una muestra más de su desorganización, en el folleto ponía que tenía servicio de minibuses al centro, pero lo habían quitado (pusimos una reclamación) y nos fuimos en taxi.

Al llegar al centro negociamos una excursión en la que nos enseñaron el centro histórico de Santo Domingo (la catedral, el palacio de no se quien, una plaza con unas atarazanas parecidas a las de Málaga), el monumento a colón y el Acuario.

El centro está chulo, es patrimonio de la humanidad, a mi me recordó a Cádiz, el monumento a Colón no me gustó nada de nada, una explanada enorme a pleno sol y allí en medio una construcción extraña con una estatua de colón y sus supuestos restos (si no me equivoco he visto tres tumbas de colón, así que ya no me fio de ninguna), el acuario me pareció fascinante, no es muy grande, está junto a unos acantilados sobre el caribe, en los acantilados había iguanas (me acordé del libro homónimo de Vázquez Figueroa) y por los jardines tortugas, luego estaban los acuarios en sí, bastante grandes y con "peces" curiosos, entre ellos tiburones.

En este viaje recordé (lo había releido hacia poco) la pentalogía de cienfuegos de Vazquez Figueroa (fue el viaje del escritor ;-) ) describe bastante bien como empezaron a construir la ciudad de Santo Domingo.

Luego por la tarde estuvimos un rato en la piscina, un tanto cutre para un hotel de 5 estrellas, no solo porque no era muy grande, típica piscina rectangular como la mitad de una olimpica, sino porque además de usarla en el hotel, se podía acceder en plan club deportivo por gente de la zona, despues habiamos quedado con unos amigos de una compañera a los que les llevabamos cosas de Yves Rocher que allí no los encontraban, nos llevaron al malecón y nos avisaron que no nos equivocaramos para llegar al centro que había dos calles y una no era demasiado recomendable.

Ibamos paseando por un sitio de los más normal y tranquilo, y nos equivocamos, empezamos a ver gente rara, así que volvimos para atrás y en un hotel cogimos un taxi de vuelta, creo que nunca he pasado más miedo, el taxista iba como loco, no paraba en semáforos ni en ninguna señal, cruzaba avenidas de cuatro carriles haciendo rally, espantoso.

Como era pronto decidimos dar una vuelta por los alrededores del hotel e intentar comprar agua, cuando nos acercabamos a la tienda, mi chico me metió en la tienda a empujones, yo alucinaba, se quedó en la puerta mientras yo entré y compré el agua, al salir le pregunto que de que iba que porque me empujaba y resultó que iba un tio con una escopeta recortada y dos cananas cruzadas en el pecho, alucinante, despues nos enteramos que era de seguridad del hotel ....

Al final decidimos pasar la tarde en el hotel tomando un roncito ....

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