Son lugares que me transmiten una gran tranquilidad, casi todos entornos naturales.
Lo primero los Hayedos, aunque realmente solo conozco 3:
* Hayedo de Montejo en la sierra pobre madrileña, muy pequeño, visitas guiadas y masificado, que estuvimos un otoño
* Selva de Irati en Pirineos (y la parte francesa que parecia salida de una leyenda artúrica) en el inicio de la primavera.
* Y un hayedo que no se como se llama en La Rioja, cerca de Munilla, que estuvimos en primavera y esperamos ver de nuevo este otoño.
El Estany San Mauricio en el parque natural de Aigues-tortes - San Mauricio, subimos caminando y llegamos justo cuando se ocultaba el sol detrás de las dos rocas gemelas ¿Els Encantants? (mi despiste habitual), parecia absolutamente mágico.
El Moncayo, subí hace muchísimos años (debía tener como 10), cuando llegamos arriba bajaron las nubes y estábamos allí al sol y debajo de nosotros un mar de nubes como de algodón, blancas, grises, rosadas, daban ganas de saltar entre ellas, la subida tambien muy curiosa un camino lleno de frambuesas exquisitas.
El cabo Formentor en Mallorca, ya he estado tres veces, la primera vez lo vimos a prisa y corriendo y llegamos justo al atardecer al faro era enero, nosotros solos (ibamos dos parejas) y parecia que estabamos en el faro del fin del mundo con los rayos de sol filtrándose entre las nubes, esta última vez con los niños en el mes de julio seguia siendo mágico pero claro un pelín más masificado.
La playas del cabo de gata, en especial la de Monsul con su duna petrificada, tambien he estado varias veces y siempre me han parecido un lujo.
Seguro que me dejo alguno para otra ocasión ;-)
Pero por alguna extraña razón me hacen sentir muy bien.
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